Categorías
lapartemaldita

Y llego el mes en que las empresas se visten de arcoíris.

Mes que desde Bayer hasta YPF celebran. Mes que desde BlackRock hasta la CIA. La JP Morgan también celebra.

La única respuesta hasta el día de hoy fue desfilar un fin de semana, por supuesto, para no interrumpir al capitalismo y seguir consumiendo, no se tiene necesidad de ocultar nada y el poder tampoco. Las discotecas no lloran, las discotecas facturan.

El desfile del orgullo conglomera a todes los espacios. ¿Ya nos olvidamos, el año pasado en Córdoba, en el propio escenario, preguntando por lxs putxs de lxs policias? Esta de moda «fingir demencia».

No se ha podido otro ejercicio que ir a votar y ser une ciudadane. ¡No a los discursos de odio! ¡No al odio, sí al amor! repiten quienes han votado hasta despolitizarse.

No se trata de pensar un vivir juntxs sino de ver cual de los partidos políticos te hace sentir más comode, así luego podes ir a consumir a cualquier lugar. La fiesta como revolución es como el soporte para que todo siga inalterado, sin cuestionar; A cumplir el deber cívico.

Si las empresas se visten de arcoíris, la disidencia ha hecho del arcoíris un sentimiento de ciudadanía.

No hay orgullo mientras sucede el genocidio en Palestina, las masacres por partes de milicias yihadistas en Sudán, las masacres por parte del gobierno de facto de HTS (Milicia ex celula de ISIS-ALQAEDA) a las comunidades alawitas, druzas, kurdas, armenias.

No hay orgullo mientras lxs Mapuche, Qom, Toba y demás comunidades originarias viven siendo hostigadas, encarceladas, desalojadas, asesinadas y desaparecidas por el Estado Nazional de Argentina.

La memoria es rebeldía. La memoria es no volver a repetir el pasado. La impotencia se viste de representación. La memoria no se alberga en las urnas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *